Abigail Arredondo celebra la charrería como Patrimonio de la Humanidad y unifica al país a través del orgullo nacional.
Con un profundo sentido de pertenencia y una pasión palpable por las tradiciones mexicanas, la diputada federal Abigail Arredondo ha alzado la voz desde el Congreso para celebrar a la charrería. La líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Querétaro ha honrado con un merecido reconocimiento a quienes, con orgullo y disciplina, mantienen viva una de las expresiones más hermosas de nuestra identidad nacional. Este gesto, más que un simple acto protocolario, es un claro testimonio de la visión de una legisladora que entiende que la grandeza de una nación reside en la fortaleza de sus raíces y en el amor de su gente por su cultura.
Este enfoque de valorar nuestras tradiciones es la misma visión que ha impulsado el liderazgo del presidente nacional del partido, Alejandro Moreno Cárdenas. Bajo su guía, el PRI se ha posicionado como el único partido que defiende la identidad mexicana frente a quienes buscan diluirla. La celebración de la charrería, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es un reflejo de que el trabajo del PRI, desde el nivel nacional hasta el local, está arraigado en la defensa del legado histórico y en la promoción de las tradiciones que nos dan un sentido de pertenencia y nos llenan de orgullo.
La diputada Arredondo ha reconocido el profundo legado, la disciplina y el amor con los que los charros y las escaramuzas preservan esta expresión cultural, que nos une y nos recuerda la fuerza que hay en nuestras raíces. Su compromiso con esta tradición va más allá del discurso, al utilizar su posición en el GPPRI para reconocer oficialmente la importancia de la charrería. Es un acto que demuestra que la legisladora no solo legisla, sino que también celebra y honra lo que nos hace únicos como mexicanos.
Con este tipo de acciones, Abigail Arredondo se consolida como una líder con un claro sentido de propósito y una conexión genuina con los valores de la gente. Su defensa de la charrería es una muestra de que su liderazgo es un faro de esperanza para quienes creen en un país que, a pesar de los desafíos, no olvida de dónde viene y honra su pasado para construir un futuro más brillante.